domingo, 14 de marzo de 2010

Me enganché: Glee



Volver al paro me ha enseñado dos cosas: que puedo comerme las uñas a una velocidad espasmódica (no sé si he mencionado alguna vez que tengo ansiedad) y que puedo devorar cualquier serie, en cualquier idioma, a cualquier hora. Actualmente sigo, a la vez, las últimas temporadas de Perdidos, Cómo conocí a vuestra madre, Anatomía de Grey y The Big Bang Theory, y las primeras de Mad Men y una que me ha lobotomizado: Glee.

Desde aquí agradecer a Roge por recomendármela, porque estoy en un sinvivir: mientras escribo esta entrada, mi wifi intenta por todos los medios descargar el capítulo 8, de 13 que tiene la primera temporada de esta magnífica serie de la FOX. Lo cual es tarea ardua, teniendo en cuenta que en Series Yonkis solo podemos ver la serie en latino, por lo que hay que buscarse la vida en la vorágine internetera y poder encontrar los capítulos en versión original con subtítulos y online (si me descargara seis series a la vez, probablemente mi portátil ya habría decidido quitarse la vida)

Pero hablemos de lo que importa, la serie.



Glee es una serie crítica a más no poder. Una vez más, como en muchas películas, se nos presenta el típico establishment de instituto americano: un equipo de animadoras con una capitana feroz y una entrenadora déspota, un equipo de fútbol americano con el quaterback guapo a la cabeza, y un grupo de marginados que se presentan a las audiciones del coro que decide crear el idealista protagonista de Glee, el profesor Schuester.

Todos esos clichés darían muchísimo juego en High School Musical de no ser por, y ahora viene lo bueno, la excepcional crítica social de cada uno de los personajes:
  • La animadora, Queen Fabray, es presidenta del Club de la Castidad y... se queda embarazada.
  • Finn, el quaterback tiene un talento especial para la música y, en vez de ocultarlo, se decide a dar el paso, haciendo así frente a sus amigos populares, como su colega Puck, un semental que se dedica a seducir a las madres de sus compañeros.
  • Los marginados son un puntazo: la cantante principal, Rachel, es hija adoptiva de un matrimonio gay, y tiene una obsesión enfermiza por triunfar; Mercedes, increíble voz negra, se enamora de Kurt, el chico homosexual del coro y objeto de todo escarnio por parte de los deportistas; se suman a este grupo una china tartamuda y un friki en silla de ruedas que toca de maravilla la Stratocaster.

Pero las mejores interpretaciones vienen de parte de los adultos:

  • Se lleva la palma Sue Sylvester, entrenadora de las animadoras. Es una sátrapa, competitiva y egocéntrica mujer con ademanes más bien de hombre, maleducada, racista, impertinente y grosera, empeñada en hacerle la vida imposible al Coro.
  • De cerca le sigue Terri, esposa del profesor Will Schuester, malcriada y egoísta, que finge un embarazo para no perder a su marido...
  • ... a manos de Emma, orientadora profesional del instituto, una solitaria y maniática hasta la médula que está enamorada de Will.
  • A su vez, el entrenador del equipo de fútbol, Ken Tanaka, está enamorado de Emma, pero es completamente su opuesto: desordenado, de pocos modales y sin un ápice de elegancia.
  • También destaca el director del instituto, un hindú que pasa olímpicamente de todo y que solo quiere, de la forma que sea, despojar al colegio de su pésima reputación.

Aviso: la serie está planteada de similar forma que los musicales, por lo que si estos no te gustan, abstente de verla. De todos modos, no hay tantos números musicales como en estos, y los que hay encajan en el momento justo, unas veces siguiendo la línea satírica, y otras tratando de tocar la fibra sensible de la audiencia, sobre todo gracias a las tremendas voces de Lea Michele (Rachel) y Amber Riley (Mercedes), bestiales en cada una de sus apariciones.

Y otro aviso: ¡engancha! y los temas son muy pegadizos. ¿Estamos ante nuestro particular High School Musical? ¡Dios, espero que no! Mención especial para Kristin Chenowet, actriz invitada en uno de los episodios, y a quien recordaréis por dar vida a la inolvidable Olive Snook de la serie Pushing Daisies.