martes, 14 de junio de 2011

Me enganché: Misfits

Hace unos años, cuando era una persona normal que tenía un trabajo, me picó un bicho que salió del fondo de una pantalla de ordenador con la cara de Steven Seagal, y me dió super-poderes con los que ahora puedo partir las piernas de mis enemigos con un solo movimiento de cejas.

Just kidding. En realidad, hace unos años, cuando era una persona normal que tenía un trabajo, me tocó en un maravilloso sorteo de la empresa la primera temporada en DVD de la serie de la NBC Heroes. Yo, que soy una loca de los cómics, ya sean Marvel, DC o Bruguera, puse el primer episodio y me fascinó. Tanto, que en cinco días, y junto al novio de mi compañera de piso, me tragué la serie entera (24 episodios, creo, creo).

Ahora cae en mis manos, esta vez gracias a Seriesyonkis (gracias, ex-empresa, por no hacerme nunca un contrato y conseguir que se me hincharan las narices) he descubierto Misfits, cuyo argumento es parecido, aunque aquí no nos encontramos con personas 'normales' que adquieren super-poderes, sino con mi grupo social favorito en cualquier ficción: adolescentes conflictivos.

Unos chavales que han sido condenados a trabajos para la comunidad a raíz de sus diversas conductas delictivas, se encuentran fregando suelos cuando una tormenta bestial les alcanza, dándole a cada uno de ellos un poder diferente. Hasta ahí todo más o menos típico de no ser porque, con la tormenta, su coordinador/cuidador se vuelve un psicópata feroz con fuerza demencial, e intenta matarlos. Los chicos consiguen hacerlo primero, y entierran el cadáver junto al de uno de ellos, que murió a manos del coordinador, con la consiguiente trama del eterno sufrimiento que conlleva para ellos el "¿nos pillarán?"


Ahora empieza lo bueno: sus poderes se van revelando. De izquierda a derecha, Alisha descubre que, cada vez que un hombre la toca, este se pone tan cachondo que comienza a forzarla para tener sexo; Curtis puede ver el futuro, teniendo visiones de lo que sucederá unos minutos más tarde, y pudiendo así evitar problemas; Kelly (Lauren Socha, con el acento más difícil y barriobajero que se haya oído en la TV desde otra Kelly, la de Dead Set) es capaz de leer las mentes de las personas que la rodean; Nathan, el más descerebrado de todos, aún no sabe qué poder le ha tocado (ok, llevo tres episodios nada más) y sospecho que habrá intriga para rato; y por último Simon, un chico tímido pero muy inteligente, tiene la capacidad de volverse invisible.

Ahora sigue lo bueno: tengo la impresión de que cada poder, a diferencia de lo que ví en Héroes (a no ser que en sus siguientes temporadas lo explicaran, en cuyo caso me desdigo), aparece debido a la personalidad de cada chaval. Así, una chica más bien puta, para que nos vamos a andar con eufemismos, hace ponerse cachondo hasta el extremo peligroso a cualquier varón; un chico cuyo delito hizo que su novia acabara en prisión, tiene la oportunidad de expiar su culpa cada vez que 'rebobina' los acontecimientos; o un tipo apocado y vergonzoso se hace invisible justo en los momentos en que sus colegas le ignoran. ¿Con todo esto qué quiero decir? Que cada personaje tiene que aprender a usar su poder. Y eso nos lo han enseñado siempre los bonicos tebeos de acción paranormal: hay que controlar el carácter, dominarlo para darle el mejor uso posible, y no utilizarlo para el mal.

Aparte del argumento, esta serie inglesa del canal E4 (responsable de Skins, drama adolescente centrado en el sexo, y que, de hecho, muchos dicen que Misfits es una mezcla entre Heroes y esta producción) está realizada con un gran estilo. Abundan los planos perfectamente compuestos, el montaje es arriesgado, la planificación corresponde a la temática comiquera pero con un toque más moderno, y el etalonaje es lo más acertado: describe muy bien el ambiente de podredumbre social, de sentimientos contradictorios, y de moralina eterna made in superheroes stories.

Mención especial para la banda sonora. Desde el tema de cabecera, 'Echoes', de The Rapture, pasando por joyas clasicazas como Joy Division, The Velvet Underground, Neil Diamond, Underworld, Aphex Twin, Chemical Brothers o Prodigy, y terminando por nuevos y tremendos valores como Klaxons, Justice, LCD Soundsystem o Hot Chip. En este aspecto, yo les doy un 9'9 (podían habérsela jugado con algún grupo español tipo Delorean). En lo demás, todavía no lo sé. Ya os iré contando en qué queda esto de la super-delincuencia.

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